Muchas infraestructuras de la red educativa en Madrid anunciadas como nuevas no existen aún

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Los alumnos de este curso contarán con 2.500 profesores menos y un capítulo de infraestructuras incapaces de acoger la demanda escolar en todos los ámbitos de la enseñanza, pese a las nuevas infraestructuras anunciadas por la Consejería de Educación para este año. La realidad es que de las 56 Escuelas Infantiles no hay una sola de gestión directa de la Comunidad de Madrid. Aunque las escuelas se incluyen dentro de la red pública, son gestionadas por empresas privadas, lo que implica un empeoramiento en las condiciones laborales y salariales de los trabajadores de las mismas, que repercutirá en la calidad de la enseñanza, ya que se ha dado prioridad en las adjudicaciones a empresas ajenas al sector, cuyo proyecto educativo tuvo una calificación muy baja, y se ha retirado la concesión a cooperativas de docentes con experiencia aquilatada. En cuanto a los Colegios de Educación Infantil y Primaria, de los 11 anunciados sólo 6 aparecen en el decreto de creación y reorganización de colegios. De los tres anunciados de Educación especial, sólo aparece uno. Por el contrario, se suprime el CEIP “Arroyofresno”, uno de los más emblemáticos del distrito Fuencarral-El Pardo. Respecto a los Institutos de Enseñanza secundaria, en el decreto 58/2010 de 26 de agosto se aprobaba la supresión de 6 institutos y la creación de siete. De los siete institutos creados, tres son por fusión de los seis institutos suprimidos, dos por transformaciones de secciones adscritas a otros institutos, uno por desdoblamiento y uno de nueva creación. El balance, por tanto, en creación de IES es de dos, a pesar de que la publicidad de la Comunidad de Madrid habla de cuatro. La Comunidad afirmaba hace unos días que “La entrada en funcionamiento de los nuevos centros permitirá concluir el curso 2010/11 sin ninguna aula prefabricada.” Es verdad que no existen apenas aulas prefabricadas en Madrid pero el motivo es que el sistema utilizado por la Comunidad es el de alojar a los nuevos colegios mientras se realiza su construcción en aulas de otros centros escolares o en instalaciones municipales. La falta de previsión y de oferta de plazas públicas obligó, por ejemplo, el curso pasado al CEIP Tirso de Molina de Arganzuela a albergar a 100 alumnos más del nuevo centro “Plácido Domingo”, cuya construcción aún no ha terminado y que está prevista para el 10 de octubre, según ha afirmado la propia Administración. Probablemente estos alumnos permanecerán hasta entonces en un salón de actos dividido en dos partes. Es el mismo caso de centros como “Maestro Padilla” o “Antonio Fontán”. Del mismo modo ocurrió el pasado curso con los alumnos del Clara Campoamor de Alcorcón, cuyas aulas de Infantil (2 clases de 25 alumnos cada una) estuvieron instaladas en el comedor de su colegio. En conclusión, comienza el nuevo curso y ninguno de los centros de Primaria referenciados en el decreto tenían ni siquiera línea telefónica cuatro días antes del inicio de las clases, la mayoría de las obras están sin terminar, en algunos no se ha colocado la primera piedra y hasta existen terrenos sin recalificar; los alumnos y profesores están alojados en aulas de otros centros escolares y la Comunidad de Madrid se felicita porque no existen aulas prefabricadas en nuestra Comunidad. En cuanto al programa estrella del bilingüismo ofertado por la Comunidad Madrid, brilla sin luz propia, ya que el es necesario plantearse un diseño racional de la red para garantizar la continuidad de estas enseñanzas en todas las etapas educativas, cosa que ahora no es viable como se ha podido demostrar en el paso de Educación Primaria a ESO. Asimismo debería extenderse este modelo de enseñanza a toda la red o, al menos, que sea efectivamente accesible a todo el alumnado que esté interesado en él, cosa que ahora es imposible por los criterios de baremación para la matriculación en los centros según proximidad. La enseñanza de idiomas va más allá de los programas bilingües y por ello se hace fundamental dotar a los centros de los suficientes profesionales para realizar desdobles y prácticas de conversación.