Bienvenidos al otro Madrid Río

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abandono y descuido
abandono y descuido

madridrio.jpg Amparo, jubilada, pasea todos los días frente a su casa, en la calle Ribera del Manzanares, por un paseo peatonal estrecho y arbolado que limita con el río y que tiene varias zonas de juegos infantiles. Hace unos días estuvo a punto de darse un buen susto. «Hace un rato estaba andando y porque me avisó una amiga, sino casi piso una rata muerta», señala la anciana, todavía impresionada. No es nada nuevo. Las ratas son viejas conocidas del barrio. Cada dos por tres aparecen por la ribera del río, correteando entre las piedras, pero su masiva presencia desde hace alrededor de un mes monopoliza las conversaciones de los vecinos, algunos de los cuales incluso han tratado de echarlas vertiendo acetona en las ratoneras y echando luego una cerilla. «Pero no hay manera», dicen. «Vuelven siempre, y se pasean por aquí como Pedro por su casa». «¿Cómo no va a haber ratas, si hay poquísima higiene en esta zona?», se pregunta Susana, otra de las vecinas, que apunta, y es cierto, el olor un tanto pestilente. La orilla del río, por cuya tierra pasean los perros y las ratas, está llena de heces caninas. «Llevan días sin recogerlas y cuando se lo pedimos a los barrenderos dicen que les han quitado gente, que no pueden estar a todo», se queja Sergio, otro asiduo de la zona. Pero volvamos a las ratas: «En esta zona (Ribera del Manzanares, 97) hay dos ratoneras, llamamos cada dos por tres al 010 y nos dicen que están estudiando medidas», señalan Alfredo y Carlos, que pasan la tarde con sus hijos en el parque: «Nos da pánico que muerdan a los niños». «Es que ya no nos tienen miedo, el otro día estaba mi mujer en el parque con la niña y había una al lado tan tranquila comiendo», señala Antonio, otro de los vecinos. «Nos han dicho que tienen una pila enorme de reclamaciones, pero que no pueden poner veneno porque habría riesgo de matar a los perros». Los pescadores que acuden a diario a la zona (hay varios puestos de madera a lo largo de las riberas) tampoco ayudan, afirman los residentes. «El otro día uno dejó la bolsa en el suelo y le tuve que decir: ‘Oye, que te está comiendo la merienda la rata…’», afirma Alfredo. «Es que cuando se van dejan desperdicios y claro, alimentan a las ratas». El tema de los roedores no es el único que preocupa en esta zona del Manzanares, que no es considerada Madrid Río por el Consistorio, pero que sí aborbe la problemática del innovador parque: el continuo tránsito de ciclistas. «Es que se creen que esto es Madrid Río y como vienen de allí van a toda velocidad por el paseo, que es superestrecho (apenas un metro y medio de ancho), ya ha habido algún que otro atropello», señalan los residentes, que también denuncian que no están podando adecuadamente los árboles en esta calle. «Claro, como no somos Madrid Río…», se quejan. En algunas zonas las ramas casi rozan las casas. «La semana pasada se cayó una rama encima de un coche, se lo declararon siniestro, ¡siniestro, macho!», exclama Antonio que, como el resto, también se queja del alumbrado. «Hasta hace poco muchas de estas farolas junto al parque infantil estaban apagadas, tuvimos que llamar al Ayuntamiento», denuncia. El mismo mantenimiento En el Consistorio afirman, sin embargo, que el mantenimiento de la zona sigue siendo el mismo. «Desde el Puente del Rey al Puente de los Franceses la Dirección del Agua mantiene las márgenes igual que en todo el tramo del río, y la limpieza tampoco ha cambiado, la zona del Manzanares no ha pasado al contrato de mantenimiento integral, se limpia habitualmente como todas las calles de Madrid», señala una portavoz del Área de Medio Ambiente, que añade, sobre la presencia de heces, que hay expendedores de bolsas para las cacas «cada 350 metros». «Entre los dos puentes hay siete», afirma la portavoz, que explica además que las labores de poda se realizan con normalidad «desde finales de octubre hasta marzo». Desde Madrid Salud, que depende del Consistorio, sí admiten que tienen «constancia» de la presencia de ratas, y afirman que los pasados días 14 y 17 echaron raticidas específicos, «pero se tomarán las medidas que sean necesarias», precisa una portavoz de Madrid Salud. «Desde el Departamento de Agua vamos a poner trampas», añaden en Medio Ambiente. Butarque, el abandono del ‘parque’ Vayámonos al otro lado del Manzanares, desde la flamante Caja Mágica, donde acaba Madrid Río, hasta Perales del Río, una majestuosa ribera donde cientos de árboles (sauces llorones, chopos) son testigos del paso del agua. Sin embargo, el descuido y la dejadez a ambos lados de las márgenes han convertido los paseos y las zonas verdes, un total de 220 hectáreas muy usadas por los vecinos de Villaverde, Puente de Vallecas y Usera, en lugares olvidados. Si en Madrid Río hay puentes de diseño, como el de Dominique Perrault, chorros de agua y tumbonas, quioscos y paseos arbolados con simetría, aquí no hay siquiera papeleras o alumbrado. La única luz es la de un enorme cartel publicitario que sirve de reclamo para los conductores de la M-40. Los vecinos de Butarque pasan al parque por túneles que atraviesan la vía por debajo y que están llenos de grafitis y escombros. «Como no retiran siquiera la maleza, ni desbrozan, este verano hubo un incendio y se quemaron más de 200 árboles», añade Verónica Parra, de la Asociación de Vecinos Independiente de Butarque (AVIB), que realiza jornadas de reforestación, donde los propios vecinos plantan árboles, una forma de protestar por el abandono de la zona durante años. ribera.jpg En la campaña de 2007, el ex alcalde de la ciudad Alberto Ruiz-Gallardón ya prometió «desarrollar la segunda fase del parque lineal del Manzanares hacia el sur, actuando sobre una superficie de 200 hectáreas». Según decía en el programa electoral, se «restaurarían» las riberas del río, se crearían masas forestales y espacios ajardinados con «112.000 nuevos árboles». A día de hoy, la promesa sigue en un cajón y todas las actuaciones que se han hecho en la zona la han perjudicado. «Durante mucho tiempo hemos tenido las farolas rotas, y ni siquiera las retiraban, hasta había un coche quemado y abandonado», señala Antonio Abueitah, también de la asociación. Los servicios municipales también retiraron las pocas zonas de juegos infantiles que había. «Es una pena, para nosotros este parque es una joya, la gente del barrio le da mucho uso; se vienen a correr, a pasear al perro, a andar, con la bici, había fuentes y también las quitaron, todo ha ido a peor», afirma Isabel, que pasea al perro todos los días por aquí. «Con todos los millones que se dejó Gallardón en el parque de Madrid Río y aquí no vino nada, esto está abandonado», señala Marcelo, un jubilado que visita asiduamente el parque. Esporádicamente, algunas personas lanzan residuos a determinadas zonas y nadie viene a recogerlos: electrodomésticos o cristales, por ejemplo, que, sumados a que algunas tapas de las instalaciones de cableado se han quitado, se conviertan en un peligro para los niños que acuden en masa el fin de semana. «La diferencia está en cuánto se gastan en el mantenimiento de Madrid Río [tras costar 410 millones de euros, su mantenimiento es de casi un millón al mes, según IU] y cuánto se gastan aquí, es que nosotros no pedimos tener Madrid Río pero sí al menos que lo cuiden un poco, que pongan papeleras e iluminación», añade Parra. Desde Medio Ambiente replican que esta zona «no es un parque ni tiene que ver con el parque lineal del Manzanares», aunque así se recogía en el programa electoral del PP. «Esa zona está calificada como zona verde sin desarrollar, por lo que no tiene el mantenimiento de un parque, pero sí se están llevando a cabo actuaciones básicas», señala una portavoz, que afirma que al Ayuntamiento le gustaría actuar más allí, pero ahora no se puede «por los límites presupuestarios». Los vecinos insisten en que el Plan General de Ordenación Urbana sí lo considera un parque. «Es que es un gran corredor medioambiental», señalan desde la Asociación de Vecinos de Villaverde, que recuerda que Gallardón incluso planificó para esta zona «la construcción de un Centro de Iniciativas Ambientales». Como todo lo demás, la promesa se quedó en papel mojado. parque01.jpg parque02.jpg