Expertos en patrimonio critican que la quinta esclusa del Canal de Manzanares desaparecerá con el desdoblamiento del AVE

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MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) – Expertos en patrimonio histórico han denunciado este jueves que la Quinta Esclusa del Real Canal de Manzanares, de importante valor histórico, arqueológico y monumental, acabará enterrada por el desdoblamiento del AVE a su paso por esta zona. Concretamente, según ha denunciado este martes la Asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, la línea de vías que se construyen para desdoblar el trazado existente y aumentar el tráfico se sitúa por encima de este singular elemento sacado a la luz hace poco más de medio año. Según han explicado, los arqueólogos de las obras de la Línea de Alta Velocidad (LAV) a Levante desenterraron a principios de año restos de la Quinta Esclusa del Real Canal del Manzanares, dejando a la vista una magnífica instalación, que arroja nueva y abundante información acerca de las primeras esclusas, las que Carlos III mandara construir hace unos doscientos treinta años. La esclusa es un compartimento con puertas de entrada y salida que se construye en un canal de navegación para que los barcos puedan pasar de un tramo a otro de diferente nivel, para lo cual se llena de agua o se vacía el espacio comprendido entre dichas puertas. «Madrid fue un día puerto de mar y como testimonio de ello quedan los restos del Real Canal del Manzanares», ha apuntado el Grupo de Investigadores del Parque Lineal del Manzanares. La esclusa descubierta está desmochada en sus sillares superiores para permitir el avance de la superficie cultivable sobre él, cubriendo las partes más altas con una capa de tierras de labor que varía de medio metro a un metro. Bajo esta capa ha aparecido el lecho original del Canal. También se ha hallado una hilera de estacas y tablones que sujetaban la pared izquierda del Canal, protegiéndola de los constantes derribos que se producían. Los expertos en Patrimonio han destacado el buen estado de los restos encontrados, entre los que se encuentra el embarcadero y un novedoso sistema de desagüe, que funcionaba mediante un tándem de elementos comunicados bajo tierra. Así, un aliviadero en la pared frontal del embarcadero que se accionaba por el peón conservador, y una salida de aguas en el propio interior de la esclusa. De esta manera se llenaba el vaso igualando los niveles para permitir el paso de las barcazas. En buen estado también se encuentra un suelo entarimado en el cuerpo de las compuertas delanteras, cuya utilidad se desconoce, aunque probablemente mejorará el accionamiento de tales compuertas. La esclusa fue construida en tiempos de Carlos III y reparada en el reinado de Fernando VII. Las reparaciones consistieron en reedificar la pared derecha, la que más debía sufrir las operaciones de llenado. «Hoy son perfectamente visibles tales reparaciones y los diferentes sistemas para construir de los ingenieros de uno y otro rey. Mientras que el lado izquierdo es fundamentalmente de mampostería de yeso, más económica, localizable en el lugar y funcional, la del lado derecho es de ladrillo, más propia de los afanes ornamentales de Fernando VII», ha explicado los investigadores.