La FRAVM muestra, por enésima vez, su oposición a la Operación Chamartín

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Hace algo más de un año, la FRAVM y las asociaciones vecinales de Tetuán, Fuencarral y Chamartín se oponían por quinta vez a la descomunal operación pública —que cede a DUCH y al Banco Bilbao Vizcaya las plusvalías a obtener sobre suelo de dominio público—, y contra la que el movimiento vecinal viene alegando desde hace 18 años: desde las sugerencias al Avance de la revisión del planeamiento general de 1993, las alegaciones a los documentos de aprobación inicial de 1995 y 1996, las alegaciones a la modificación puntual de 2003 (la infausta; la del brutal aumento de edificabilidad del 75% y la de la exoneración de cesión de redes generales) y las alegaciones al plan parcial de 2009, que ahora se aprueba definitivamente. A juicio de la FRAVM, el proyecto actual mejora las cesiones, pero sigue quedando un cuantioso volumen de inversión no imputado a la operación que pesa sobre las insolventes arcas del Ayuntamiento y sobre las exiguas del Ministerio de Fomento, en favor del Banco Bilbao Vizcaya. La Federación vecinal ha expresado una y mil veces su posición, mediante la presentación de las oportunas alegaciones y con ocasión de las reuniones mantenidas con la Coordinadora General de Urbanismo y el equipo redactor del plan parcial. A pesar de ello, las alegaciones han sido desestimadas. Ahora, para las asociaciones de los barrios afectados y para la FRAVM, la prioridad es lograr que las administraciones garanticen la intervención en los barrios y colonias existentes, en los “incrustados” como el Bº de Begoña y la colonia San Cristóbal-EMT, y en los afectados de Tetuán y Fuencarral, para los que la FRAVM ha solicitado la realización de un diagnóstico integral que concluya con la aprobación de un plan de acciones. Esto es, que puesto que la operación se va a aprobar —por ahora sobre el papel— que, al menos, algunas de las migajas del suculento pastel del BBVA den respuesta a los déficit de los barrios y colonias que habrán de sufrirla.