Las clases comenzarán, un año más, con las obras del instituto sin acabar

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En el madrileño barrio de Butarque, los inicios del curso son ya una especie de “El Día de la Marmota”. Un año más, y ya van cuatro, el inicio del curso escolar viene acompañado de polémica.

Durante años las entidades vecinales y las AMPAs de diversos centros educativos del barrio se han movilizado contra esta situación. Desde AVib se señala que “el motivo hay que buscarlo en la habitual política de p`arches’ de la Comunidad de Madrid, que es incapaz de cumplir con los plazos de las obras de las instalaciones educativas, provocando así que los centros educativos no estén terminados a tiempo para que el alumnado pueda retomar su vida escolar con normalidad”.

En esta ocasión se trata de la segunda fase del instituto Juan Ramón Jiménez,  que a menos de una semana del inicio del curso se encuentra aún en fase de construcción, con lo que todavía no es seguro que los alumnos puedan comenzar sus clases el próximo 12 de septiembre. Además resulta impensable confiar en que, en caso de forzarse ese comienzo, los alumnos y alumnas puedan desarrollar la actividad escolar con normalidad teniendo que convivir junto a andamiajes, cascos y montañas de arena, cuando lo deseable sería que el principio de esta etapa escolar –completamente nueva para más de 160 alumnos-, se pudiera desarrollar con la misma tranquilidad que en unas instalaciones totalmente finalizadas y equipadas desde el primer día de clase.

Construcción por fases

La razón por la cual todos los años se repite la misma historia es que la Consejería de Educación se empeñó desde un principio en realizar la construcción del instituto, el único que existe en el barrio, por fases, en lugar de acometer la obra completa desde el principio. Además, las licitaciones siempre se realizan tarde y esto provoca que los plazos de ejecución estén previstos para pocos días antes del inicio de las clases, con lo que cualquier imprevisto durante la ejecución provoca los retrasos que se repiten cada año.

Basta con ver las fotografías del estado de las obras (a las que se puede acceder en el enlace https://www.facebook.com/Butarque.es/photos/?tab=album&album_id=10155166111866978) para tener claro que la instalación no reúne las condiciones oportunas para impartir clases en un entorno adecuado.

Después de dos años, en los que los alumnos y alumnas de secundaria y bachillerato tendrán que convivir con obras, todavía restaría por realizar una tercera fase que debería estar lista para el curso que viene. Teniendo en cuenta los antecedentes de la Consejería de Educación, parece que los niños y niñas de Villaverde están condenados a seguir dando clases entre maquinaria, polvo y ruidos, todo por culpa de una ejecución chapucera de las obras por parte de la Comunidad de Madrid, más preocupada en ajustar los presupuestos que por favorecer un contexto en el que todos los estudiantes puedan acceder con seguridad a sus clases y recibir en igualdad de condiciones una educación pública de calidad.