Una colonia condenada al abandono en Villaverde Alto

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En medio de Villaverde Alto se levanta la Colonia Experimental. «Una isla olvidada», como la define una vecina. Adentrarse entre sus edificios es como un viaje al pasado. Concretamente al año 1957, cuando la Obra Sindical del Hogar franquista construyó estos 28 bloques de 408 viviendas. «Desde entonces no se ha reformado nada. Se han convertido en infraviviendas peligrosas para los que vivimos en ellas y para los ciudadanos que pasen por allí», denuncia Julián Sánchez, presidente de la AA VV La Incolora. Estas viviendas, por las que los vecinos iban pagando un alquiler con derecho a compra, pasaron luego a manos del Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA), que en 1994 sacó a la venta las casas para sus inquilinos. Lo que desconocían era que el contrato de compraventa incluía también la adquisición de las zonas comunes, una suerte de solares convertidos actualmente en aparcamientos improvisados y lugar habitual de exhibiciones clandestinas de conducción temeraria más propias de un país tercermundista. «Lo único que ha hecho el IVIMA es colocar un par de alcantarillas y echar algo de gravilla», aseguran los vecinos. Darse un paseo de cinco minutos por la Colonia Experimental, repleta de pancartas contra el IVIMA reclamando «justicia», basta para hacerse una idea del abandono que sufre la zona: edificios con humedades y grietas, malos olores provenientes de fosas sépticas deterioradas, baches, cristales rotos por el suelos, basura en general… «Ya estamos teniendo incluso problemas de salud pública. Hay ratas y cucarachas. Normal, la limpieza brilla por su ausencia y tampoco podan los árboles. Un día vamos a tener una desgracia». El pésimo estado de los bloques ha provocado la denuncia del Ayuntamiento. «Los contadores están fuera de la legalidad. Somos gente humilde que no podemos permitirnos cambiarlos. A mí, por ejemplo, que pago 20 euros de comunidad, me piden 30.000 euros por el arreglo. ¿De dónde lo saco? Cualquier día viene Industria y nos cortan la luz porque puede producirse un incendio», afirma una vecina. «Hay bloques es estado muy grave con los cimientos desplazados». La mejor definición de la zona corrió a cargo del exgerente del IVIMA Juan Van-Halen en su visita al lugar en abril de 2013: «Esto parece Kenia», dijo, según manifiestan los vecinos. «Prometió rehabilitar tres edificios este año. Al día siguiente ya no ocupaba el puesto», añaden. Una de las grandes preocupaciones de los vecinos es la seguridad: «Esta situación ha provocado que mucha gente no quiera vivir aquí. Ha habido un aumento de la delincuencia. El barrio se está degradando y llenado de okupas que incluso revenden los pisos varias veces. No queremos que esto se convierta en las tres mil viviendas de Sevilla» Los afectados tienen claro que el IVIMA «debía haber arreglado los pisos» antes de venderlos, ya que estos edificios ya presentaban deficiencias graves en 1994. Ante esta situación, un grupo de vecinos llevó el asunto a los tribunales. «Siempre nos dicen que no hay dinero» Perdieron en primera instancia, pero nueve de ellos recurrieron al Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que les dio la razón en un auto fechado el 27 de junio de 2005 y condenó a la administración regional a arreglar «las deficiencias existentes en las viviendas de los demandantes así como las deficiencias existentes en el edificio en que se ubican dichas viviendas y en la urbanización que se encuentran». Casi diez años después, la Comunidad de Madrid solo ha rehabilitado uno de los siete bloques, concretamente el número 5 de la calle Gualaviar, que parece una vivienda corriente al lado del resto. «Siempre nos dicen que no hay dinero», comentan los vecinos, que el pasado 15 de octubre los vecinos salieron a la calle para exigir la rehabilitación integral de sus edificios: «El Gobierno regional está prevaricando al incumplir una sentencia judicial. Vamos a seguir movilizándonos y saliendo a la calle hasta que se solucione este problema». «En el Gamonal se movilizaron porque hicieron un bulevar. Nosotros nos vamos a levantar porque no nos hacen nada», concluyen con ironía. Desde el Gobierno regional no desmienten la precaria situación de la zona y afirman que «ya han comenzado los trabajos de saneamiento» y que esperan empezar pronto con los cuadros eléctricos. «La semana que viene tenemos una reunión con los vecinos para concretar varios aspectos», sostienen.